miércoles, 19 de septiembre de 2012

Gente que hace la diferencia en el Hospital Simón Bolívar, sede Fray Bartolomé de las Casas

Dentro de los funcionarios que hacen la diferencia en este mes de septiembre en la Sede Fray Bartolomé de las Casas, resaltamos a la funcionaria ALBA CONSUELO QUINTERO RIVEROS Fisioterapeuta en el área de rehabilitación quien muy sencillamente nos cuenta un poco de su vida y por qué se despertó en ella desde muy temprana edad, el interés por la rehabilitación de los pacientes, dando gran importancia al campo neurológico.

“Soy Fisioterapeuta, egresada de la Universidad Nacional en el año 1996, desde muy niña e inspirada en mi madre, quien prestaba servicio social como dama voluntaria, me interese porque las personas con dificultades e impedimentos físicos, tuviesen una oportunidad en su vida. A mis estudios de Farmacodependencia le sumo a diario, la búsqueda del conocimiento de la Neurobiología y Neurofisiología, aplicada en aquellos seres que han presentado una lesión medular y han terminado su vida en una silla de ruedas, sin la esperanza única de lo más mínimo y simple, “un movimiento”.

Me niego a pensar que estas personitas son solo sus piernas, su cuello, sus brazos, su cara, sus ojos, hago posible que ellos sean íntegros y no por partes. Ellos logran cambios bioquímicos a partir del movimiento equilibrado, involucrando cada uno de sus sistemas como su mente, rompiendo el paradigma de la negación y desesperanza. Logro que ellos abran una ventana a una nueva expectativa de vida totalmente diferente, minimizando el impacto de la lesión medular en la persona, en la familia y en la sociedad, logrando una revinculación, interactuando, elevando su calidad, su proyecto de vida y el de los integrantes del núcleo familiar”.

Traemos a colación uno, de los tantos casos atendidos por Consuelito y es un joven llamado Juan Pablo de veintitrés años, quien llegó al servicio de rehabilitación totalmente impedido, que con ayuda y acostado en la colchoneta refugiaba su rostro en total silencio y tristeza. Tal vez repitiéndose mentalmente lo que el sistema le había dicho “ya no hay nada que hacer “, le queda el buscar medios o ayudas en aparatos, depender de su familia o finalmente, practicarse la tenotomía para librar tensión y dejar libres las piernas de su cuerpo. Mientras ha avanzado su rehabilitación con Consuelito y por el llamado de abrir espacio a la necesidad de una oportunidad en su vida, ha logrado bicicletear su silla de ruedas, mover su cuerpo junto con su cabeza, sentir sus piernas, sonreír y sumarle a su vida esperanza, mirando a Dios piadosamente.

Bien, este es un llamado a todos lo que podemos algún día hacer la diferencia de ejemplos a seguir como el de nuestra compañera Consuelito, como la llamamos cariñosamente.

Por: Betty Moreno - Periodista
Sede Fray Bartolomé de las Casas
Fuente: Revista Bogotá Salud #102

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