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| Hospital Simón Bolívar Unidad de Quemados |
En diálogo con el diario EL TIEMPO, la Dra. Patricia Gutiérrez de Reyes, Coordinadora de la Unidad de Quemados del Hospital Simón Bolívar, hizo esta afirmación a propósito de la responsabilidad de los adultos cuando se presentan casos de quemados con pólvora.
Cada vez hay más adultos afectados, lo cual demuestra, “que los adultos son doblemente irresponsables, porque no cuidan a los pequeños y también se queman ellos”.
Lo dicho es soportado por estadísticas del Instituto, entidad a la cual las secretarías de Salud del país deben notificarle estos casos: mientras que entre el primero y el 27 de diciembre del 2012 se reportaron 269 niños quemados frente a 257 adultos, en el mismo periodo de este año iban 205 menores de edad lesionados versus 259 mayores de edad.
Cuatro de cada diez de las víctimas sufren quemaduras de tercer o cuarto grado, es decir, las más graves, y entre las lesiones más frecuentes están el daño auditivo, el daño en la agudeza visual y la intoxicación por ingesta de pólvora.
Consciente de que el problema afecta gravemente a niños y adultos, Gutiérrez insiste en que la manera de evitar estos casos pasa también por declarar la total prohibición de la pólvora: “Estas no son cifras insignificantes; cada caso que conocemos y tratamos es abrumador”, afirma la médica.
Fuente: Revista Bogotá Salud #167
Cada vez hay más adultos afectados, lo cual demuestra, “que los adultos son doblemente irresponsables, porque no cuidan a los pequeños y también se queman ellos”.
Lo dicho es soportado por estadísticas del Instituto, entidad a la cual las secretarías de Salud del país deben notificarle estos casos: mientras que entre el primero y el 27 de diciembre del 2012 se reportaron 269 niños quemados frente a 257 adultos, en el mismo periodo de este año iban 205 menores de edad lesionados versus 259 mayores de edad.
Cuatro de cada diez de las víctimas sufren quemaduras de tercer o cuarto grado, es decir, las más graves, y entre las lesiones más frecuentes están el daño auditivo, el daño en la agudeza visual y la intoxicación por ingesta de pólvora.
Consciente de que el problema afecta gravemente a niños y adultos, Gutiérrez insiste en que la manera de evitar estos casos pasa también por declarar la total prohibición de la pólvora: “Estas no son cifras insignificantes; cada caso que conocemos y tratamos es abrumador”, afirma la médica.
Fuente: Revista Bogotá Salud #167
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