miércoles, 16 de julio de 2014

“No Estás Viejo, Simón”

Fabio Fernando MezaA propósito de los próximos 32 años del Hospital Simón Bolívar

Viejas las montañas y ellas todos los santos días reverdecen. Aún está fresca la huella de ese ayer que tanto quieres y en el que te apoyas para hacer las cosas mejor en cada amanecer. Creo que en nada has cambiado en estos años: tú mismo edificio que originalmente era para un hotel, tus escaleras de barco en naufragio, tu fachada gélida dándole la bienvenida al extraño visitante, tu gente haciendo más de lo que puede, y alguno que otro perezoso que no quiere laborar…

Pero estás vivo, carajo! Y eso es mucho decir de alguien a quien han querido borrar de la faz de Bogotá desde el mismo día de su nacimiento. Afortunadamente hay personas de buen corazón que te aman y cada día remiendan tus heridas con esparadrapo para detener un poco tu caída libre hacia la nada.

Son tantas cosas que te debemos, viejo, y a veces tengo la sensación de que en silencio nos las estás cobrando a tu manera: tus miles de cirugías a pacientes con algún grado de quemadura, tu atención a cantidades de usuarios en consulta externa, tu dedicación desinteresada en salas especializadas a personas que vuelven a la vida y esa sonrisa perenne que brindas para disipar un poco el frío a tus visitantes.

Somos unos desagradecidos contigo, viejo. Nunca te hemos dado las gracias por el simple hecho de estar vivo y entre nosotros, nunca te hemos dicho cuanto te amamos, que cuando no estamos contigo la vida ya no es la misma. Nunca te hemos dicho que extrañamos tus gritos, tus angustias, tus pesares, tus carcajadas matutinas, tus resentimientos y hasta tu falta de consideración cuando amenazas que te vas y no volverás.

A veces temo que un día de estos te encuentre en una choza rodeado de concreto sombrío, con tu corazón lleno de frío, sin un clavel, sin una rosa, sin una Manuelita pretenciosa fumando su infaltable tabaco sin desbravar, enorme, para espantar los malos espíritus. Pero a pesar de que te hemos maltratado sigues como si nada, brindándonos lo mejor de ti y haciéndonos creer siempre que la vida comienza es mañana, que nada tiene que ver el caldo con las tajadas.

Sigues ahí, viejo, a pesar de todo. Y tu futuro está más seguro que “mango maduro en boca de puerca recién parida”, así sea en nuestros corazones. Felicidades, viejo man, Felicidades!. Y que sea esta la ocasión para deponer odios y rencores, para tomar lo mejor de cada una de las personas que tenemos el honor de laborar aquí, para regalar una simple sonrisa y dejar atrás nuestra cara “amugada” como si comiéramos ají picante, para comenzar a ser más eficientes, quejarnos menos y hacer más. Hoy como todos tus días es 24 de julio de 1982, y lo sabes mejor que yo, porque a esos seres tan particulares como tú no le pasan los años, únicamente la luz.

Que sigan los fantasmas asustando en tus pasillos a cualquier hora a las personas desprevenidas, que todos sigamos soñando con laborar aquí comiéndonos las verdes y las maduras, que todos añoremos seguir aprendiendo más cada día de ti, que se siga purificando el ambiente con tu ráfaga de aire puro de transparencia y progreso, y que todos los malos momentos queden atrás porque te quedan muchas vidas por vivir así yo sólo dé un poco y tu des todo.
Hoy más que nunca te mereces una Pony Malta porque “es la bebida de campeones”, y tú sí que eres ¡un campeón!

Hoy deseo brindar con el alma por ti. Brindemos.

FABIO FERNANDO MEZA
Servicio Farmacéutico Hospital Simón Bolívar

Fuente: Revista Bogotá Salud #191

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